La maqueta arquitectónica: más que una representación, una herramienta fundamental

En la era digital, donde el diseño arquitectónico se apoya cada vez más en renders, realidad virtual y modelado 3D, podría parecer que la maqueta física ha quedado relegada a un segundo plano. Sin embargo, en nuestro despacho seguimos creyendo —y comprobando— que la maqueta sigue siendo una herramienta esencial en el proceso creativo, técnico y comunicativo de un proyecto arquitectónico.

Y así se lo mostramos y les formamos a nuestras últimas alumnas en prácticas que hemos tenido en nuestro despacho: Iara y Tatiana.

Ellas fueron las encargadas de realizar la maqueta de lo que será el Padel Indoor de Gavà, un complejo deportivo en el que AQ está llevando a cabo el proyecto de obra, actividad y dirección de obra, además de la Coordinación de seguridad y salud Integral.

Pensar con las manos

Es importante entender que la maqueta permite al arquitecto «pensar con las manos». Construir un modelo físico obliga a enfrentarse a las proporciones reales, a las relaciones espaciales, al juego de volúmenes y al diálogo con el entorno desde una perspectiva tangible. Es un proceso que a menudo revela soluciones que no se ven en pantalla y que, al mismo tiempo, plantea nuevas preguntas sobre el diseño.

Una herramienta de comunicación poderosa

Más allá del proceso creativo, la maqueta es una herramienta de comunicación única. Explica con claridad lo que a veces las palabras, planos o renders no logran transmitir. Para nuestros clientes, una maqueta es una invitación a tocar, explorar y entender el proyecto de forma intuitiva. Para nosotros, es una forma de transmitir la esencia del diseño con honestidad, sin filtros.

Materializar la escala y la atmósfera

Una de las grandes virtudes de la maqueta es su capacidad de representar la escala de manera clara y precisa. ¿Cómo se siente el espacio? ¿Cómo se relacionan los volúmenes entre sí? ¿Cuál es el impacto de la luz? Preguntas que se responden casi de inmediato al observar una maqueta bien hecha.

Entre la técnica y la emoción

En nuestro estudio, consideramos que una maqueta bien construida no solo es un objeto técnico: también puede ser una pieza de arte. Es el resultado de un trabajo minucioso, de decisiones pensadas, de manos que cortan, pegan y ensamblan con intención. Por eso, cada maqueta cuenta una historia, no solo del proyecto, sino también del proceso detrás de su creación.

Una práctica que evoluciona

Lejos de estar en desuso, la maqueta convive hoy con las herramientas digitales. Cortadoras láser, impresión 3D y nuevos materiales han ampliado sus posibilidades. Esta combinación entre lo manual y lo tecnológico enriquece nuestra manera de diseñar y presentar.

En Arqteria, la maqueta no es solo una representación física de un proyecto: es parte integral del diseño mismo. En nuestro despacho, seguimos apostando por esta herramienta como un puente entre la idea y la realidad, entre el diseño técnico y la experiencia emocional. Porque cuando un cliente sostiene una maqueta entre sus manos, está sosteniendo una parte viva del futuro construido.

Y así se lo hicimos ver, entender y vivir a nuestras últimas alumnas en prácticas. Este es el resultado de la maqueta que hicieron. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *